EUROPA PRESS - La polución atmosférica persistente puede dar lugar a enfermedades cardiovasculares, ya que las partículas ultrafinas --menores a un 0,1 micrómetro-- generadas por la combustión de carburantes de vehículos pueden pasar desde los pulmones directamente al torrente circulatorio y causar daño en la pared de las arterias.

Estas conclusiones se desprenden de la ponencia 'Polución atmosférica y aterosclerosis' que realizará hoy el miembro del Departamento de Salud Pública del Swiss Tropical and Public Health Institute en Basilea y colaborador del Institut Municipal d'Investigació Mèdica (Imim) de Barcelona Nino Kuenzli en el XIV Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica  en Girona.

Algunas de las consecuencias inmediatas de la exposición de gases contaminantes son la disfunción del endotelio de los vasos sanguíneos, que produce una tendencia a la vasoconstricción, la disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y el aumento de la presión arterial y de la coagulabilidad sanguínea.

Con el tiempo, estos factores pueden producir un aumento del grosor y de la cantidad de calcio de la pared arterial y degenerar en una arteriosclerosis.

Según el presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), José Barrabés, la investigación sobre el asunto se encuentra en fase preliminar pero varios estudios ya han demostrado que en las zonas con menos polución se da una menor incidencia de accidentes isquémicos agudos.

De hecho, se calcula que en España se producen cerca de 16.000 muertes ligadas a la contaminación. Asimismo, se estima que si una ciudad de las dimensiones de Madrid o Barcelona redujera el nivel de contaminación al recomendado a nivel internacional, se disminuiría en 1.800 el número anual de ingresos hospitalarios por enfermedad caridovascular y respiratorio y en 3.500 el número de muertes.

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