Escrito por AV Nudo Sur    Lunes 06 de Abril de 2015 10:33    Imprimir
Defendemos el río: vecinos y arquitectos frente al centro comercial de Antonio López

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  • Los arquitectos de Madrid Río, «preocupados» porque el nuevo centro comercial previsto junto a la calle Antonio López no respeta la conexión entre barrios e incumple los planes urbanísticos aprobados por el Consistorio en su opinión

  • Los vecinos han recogido en los últimos meses más de 2.400 firmas contra el proyecto. 

 

http://www.elmundo.es/madrid/2015/04/05/5521a3f1e2704e46218b4571.html

EL MUNDO | ROBERTO BÉCARES

Actualizado: 05/04/2015 23:07 horas

 

MADRID

 

«Defendemos el río»

 

 

  • «Me produce una gran lástima que esto vaya a ser taponado...». Fernando Porras-Isla pasea junto a Carlos Rubio Carvajal por el solar de la discordia de la calle Antonio López (a la altura del número 109-111), un enorme terreno privado de 21.000 metros cuadrados a cuyos propietarios el Ayuntamiento de Madrid está a punto de permitir que levanten un enorme centro comercial parecido en su diseño al Plaza Norte 2 de San Sebastián de los Reyes. Un edificio que meterá más hormigón entre el barrio de Usera y el mismo borde del parque de Madrid Río que, desde la calle Antonio López, se divisa hoy como una Arcadia, con cientos de paseantes y familias enteras disfrutando de una tarde de sol en el césped y los senderos.

    Porras-Isla y Rubio podrían ser dos vecinos más (y lo son), pero es que, además, son los arquitectos que, junto al estudio Burgos&Garrido, idearon el proyecto del parque lineal del Manzanares. Y lo que ahora va a ocurrir en esa parcela, que linda con el parque, no les convence, ya que, como barrunta Porras-Isla, «taponará» el acceso a él desde el sur de la ciudad.

    «Cuando diseñamos Madrid Río, para nosotros era fundamental unir los barrios del suroeste con los barrios del centro la ciudad; aquéllos habían estado separados siempre por un río inseguro y luego por la autopista M-30. Con Madrid Río buscábamos la continuidad y la permeabilidad, por eso construimos un paseo de más de seis kilómetros y proyectamos 21 puentes; si ahora se construye un edificio con 180 metros de longitud se generará una barrera insuperable entre los barrios y el parque», razona Porras-Isla, a quien los vecinos pidieron asesoramiento en las 300 alegaciones presentadas al proyecto.

    Unir dos áreas urbanas

    Precisamente, la unión de esas dos áreas urbanas fue la idea principal que vertebró el proyecto llevado adelante por el entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, que en cada acto, en cada discurso,recordaba cómo el muro entre las dos ciudades se derribaba con el parque, cuya obra, junto con el soterramiento de la M-30, costó a los madrileños más de 4.000 millones de euros.

    Ya en Madrid Río, en uno de los puentes cáscara que une las naves de Matadero con Antonio López, el arquitecto Rubio recuerda que la salida natural hacia el parque por la calle Matilde Gayo -que da a parar a la mitad del solar- queda cegada por el diseño del centro comercial: «El barrio de Usera tendría una conexión natural si atravesara el centro comercial; el diseño de ahora es mucho más abusivo en la ocupación de suelo del que conocíamos previamente».

    Como recuerdan los arquitectos, el proyecto dio un giro copernicano en cuestión de meses. Tanto el Plan Especial Río Manzanares como el Plan de Renovación Urbana del entorno del río, promovidos por el propio Ayuntamiento de Madrid y aprobados entre 2007 y 2010,mantenían que la citada parcela debía dar continuidad a la calle Matilde Gayo para propiciar la conexión entre el río y la ciudad. El Plan Especial aprobado a primeros de 2014 pareció respetar estas directrices, y establecía la construcción de una calle peatonal privada que atravesara el solar.

    Cambio de titularidad

    En la primavera de 2014, sin embargo, la parcela sufrió un cambio de titularidad, siendo adquirido por la sociedad LSGIE. La empresa solicitó y consiguió una modificación del plan aprobado por los anteriores propietarios. Conclusión: la futura calle privada que iba a cruzar el espacio desapareció del proyecto. A cambio, se ofrece un pasillo comercial interior cerrado a la vía pública que dará acceso a las 180 tiendas del complejo y cruzará hacia el parque, pero, claro, pasando por el centro comercial. Además, el pasillo estará interrumpido por escaleras mecánicas, patios y terrazas de los restaurantes. En vez de tener 12 metros de ancho, como todavía obliga el último plan especial aprobado, apenas tendrá seis en algunos puntos. Es decir, la construcción que se ha presentado incumple las prescripciones de su propio plan.

    «Lo que se plantea es un solo edificio, sin ventanas en tres de sus cuatro fachadas y que ocupa toda la parcela y no permite la permeabilidad», precisa Porras-Isla que, como Rubio, no está en contra del centro comercial, pero sí de su diseño. «El modelo que proponen es un modelo de nudo de autopista, hermético, sin esponjosidad alguna, un espacio sólo comprensible en las afueras de las ciudades», continúa.

    Según los diseñadores del parque, un claro ejemplo de lo que debería haberse hecho son las naves de Matadero, que «son una serie de piezas que se implantaron en perpendicular al río y que no impiden la visión del parque; sin embargo este edificio que planean no dialoga con la ciudad, y además tiene la estética de una arquitectura neoclásica ajena a lo que aquí ocurre», precisa Rubio.

    El proyecto ha despertado la férrea oposición de vecinos de Usera, Carabanchel y Arganzuela e incluso del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), que considera que la construcción «es bastante mejorable». En las alegaciones, el catedrático de proyectos arquitectónicos Gabriel Ruiz Cabrero, expresa que la solución lograda para el solar es «caprichosa e injustificable, ignorando la tradición arquitectónica de Madrid», en referencia a los 180 metros de fachada lineal de estilo neoclásico en granito rojo del edifico, que además, «supone una barrera visual».

    «La calidad del proyecto Madrid Río debería ser un referente para futuras actuaciones, pero la propuesta del centro comercial supone una pérdida de valor y un impacto negativo por su falta de sensibilidad», añade el catedrático Juan Carlos Sancho.

    Parque que deja de ser público

    Además, según explican los vecinos, y también denuncia Fernando Fernández-Alonso, redactor del plan de renovación del entorno del río, que marcaba las directrices del desarrollo de los futuros edificios privados en el área, las zonas verdes anejas planeadas al norte del centro comercial «se convierten en un jardín de entrada a éste, sin bancos y sin áreas de juego». De esta forma, el parque pierde así su vocación de espacio público, condición determinaba por el Plan General de Madrid, que todavía está en vigor.

    Los vecinos han recogido en los últimos meses más de 2.400 firmas contra el proyecto. «El barrio no necesita este centro comercial, sino más dotaciones deportivas, culturales o de esparcimiento, no esa mole aquí en medio», precisa Maite, vecina de Usera.

    «Prevén que tenga 1.500 plazas de aparcamiento, es una burrada, si ya hay problemas para circular por el barrio esto será una auténtica locura para los vecinos», añade Lola, también residente en la zona. Como otros, es escéptica en cuanto a que se vaya a ganar aparcamiento para los ciudadanos: «Dicen que habrá más plazas, ¿pero qué centro comercial no te cobra por aparcar? Y menos dentro de la ciudad».

    Luis, jubilado, da sus razones en contra del centro comercial: «Yo lo que quiero es calidad de vida;quería un parque para esta zona, con su árboles altos y sus bancos, porque Madrid Río no es un parque, es solo un paseo».

    Otro motivo que esgrimen los vecinos será que «hundirá al pequeño comercio» de todo el barrio. «Se crearán trabajos, sí, pero también se perderán cientos de empleos», señala Ana, que, como muchos vecinos, ve que una oportunidad para esta zona se ha tornado en otra desilusión más con el Consistorio.

    @robertobecares

    180 tiendas: el proyecto del magnate de Balkany, un magnate rumano-francés

    Un centro comercial cubierto con un lucernario que potencia la luz natural. Sistemas avanzados de eficiciencia energética. Un total de 180 tiendas repartidas en tres plantas. 1.500 plazas de aparcamiento subterráneo. Así será Madrid Río 2, el centro comercial de la calle Antonio López que promueve la Sociedad General Inmobiliaria de España, presidida por Robert de Balkany, un magnate rumano-francés emparentado con la realeza europea que se ha convertido por derecho propio en el Sheldon Adelson de los 'malls'. De hecho fue él quien, en los 60, importó de EEUU el concepto de centro comercial donde se mezclaban las compras con la restauración. SCC, una de las filiales de su grupo, será la encargada de la gestión de este espacio comercial, el primero que se abre en 10 años en la almendra central desde el de Príncipe Pío. El grupo de De Balkany gestiona más de 130 centros en Europa y en los países árabes. En España tiene, entre otros, La Vaguada, Plaza Norte 2 (San Sebastián de los Reyes) y Gran Plaza 2 (Majadahonda), en Madrid; L'Illa Diagonal y Gran Via 2, en Barcelona; y Aqua, en Valencia. De Balkany ha visto en este solar de Antonio López, con una gran afluencia de público debido al parque, el lugar perfecto para aumentar su imperio. El 'mall' Plaza Río 2 abrirá en 2017 y ya tiene sus primeros inquilinos, entre ellos, supermercados Alcampo.

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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