A.L..- Mientras espera a mi autobús, el 62, en Legazpi (ese barrio que le parece gustar tan poco a nuestro alcalde por como trata a sus vecinos), tuve tiempo de leer y releer las maravillas de la modernidad madrileña con la incorporación de WI-FI gratuito en los vehículos de la EMT.

Como el bus no llegaba, me acordé de otra de las maravillas tecnológicas: mandar un SMS para saber cuánto tiempo iba a tardar, ya que llevaba más de los 9 minutos que se supone que es el tiempo máximo de espera en ese horario. La respuesta en SMS llegó a los 20 segundos, como dice el cartel, sólo que después de un retraso de cuatro minutos (también debía haber atasco en el espacio electromagnético). Al menos una máquina reconoce lo que no hacen los responsables de movilidad: eso de 7 a 9 minutos máximo es una mentira y gorda.

No pude dejar de pensar que quizás sería mejor poner el WI-FI en las paradas, que es donde pasamos más tiempo. Además, nos saldría gratis la consulta para saber cuánto retraso tiene hoy la 62. Otra solución sería ser un poco menos modernos y dedicarnos a lo clásico, es decir, poner algún autobús más para garantizar al menos el servicio que se promete y que necesitan los ciudadanos de este barrio olvidado por el alcalde.

¡Ah! Por cierto, mi autobús no llevaba WI-FI.

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ciudadanom/2010/10/04/las-maravillas-tecnologicas.html