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Escrito por AV Nudo Sur    Martes 02 de Diciembre de 2014 18:21    PDF Imprimir Correo electrónico
El Ayuntamiento renuncia al nuevo plan urbanístico

Como ya anunciamos en su momento frente a otras opiniones, el Plan de Urbanismo y las amenazas que supone para nuestro barrio no llegará a tiempo para aprobarse antes de las elecciones. Ahora toca estar vigilantes antes los movimientos que el ayuntamiento está haciendo sobre las parcelas del barrio y las previsiones de infraestructuras y equipamientos.

Botella renuncia al plan urbanístico

El Ayuntamiento admite que no tendrá tiempo antes de las elecciones para aprobar el documento que define el futuro de la capital, y lo deja en manos del próximo alcalde.

Un plan urbanístico para 2020 entre los “corsés” y la “ley de la selva”

 

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), ha renunciado a aprobar en los cinco meses que le quedan de mandato el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por falta de tiempo para completar los trámites administrativos, y al considerar que una cuestión clave para el futuro de la ciudad no puede verse sometida a la confrontación electoral.

La “Constitución urbanística” de la capital, tal y como ha indicado a EL PAÍS el director general encargado desde 2011 de este proceso, José Luis Infanzón, quedará en manos del próximo Gobierno municipal, emanado de las urnas en las elecciones de 2015. Botella ya ha anunciado que no será candidata en esos comicios, en los que los sondeos auguran que el PP perderá la mayoría absoluta.

Queda así en el aire un plan que preveía, entre otras medidas, crear bulevares en las principales vías de la ciudad, regenerar Delicias y Villaverde, renovar el área de Madrid Río, flexibilizar los usos del suelo y cambiar el catálogo de edificios protegidos.

La elaboración del PGOU, “un proceso largo y complejo”, según Infanzón, tiene cuatro etapas clave: el avance (“parte de las necesidades y problemas detectados, y formula criterios y objetivos generales”); la aprobación inicial de un “documento complejo que recoja las propuestas en materia de estructura del territorio”; su aprobación provisional por el pleno municipal, tras los informes preceptivos y las aportaciones ciudadanas, y la aprobación definitiva por el Gobierno regional (PP).

El documento del avance se concluyó en noviembre de 2013 y fue sometido a información pública hasta marzo. El Ayuntamiento solicitó al Gobierno regional un análisis vinculante de sostenibilidad ambiental y otro de impacto territorial, además de 54 informes sectoriales a otras Administraciones (desde municipios limítrofes hasta el Ministerio de Fomento o la Confederación Hidrográfica del Tajo). El área local de Urbanismo aún no ha recibido los dos informes de la Comunidad de Madrid; esta requirió información adicional antes del verano, que se le mandó en octubre.

“Ya no hay tiempo para una aprobación definitiva antes de mayo. Es muy difícil hacer todo el trabajo en cuatro años, no se logró ni con el PGOU de 1985 ni con el de 1997, ahora en vigor, que tardó siete años en tramitarse. Trabajamos muy duro, pero dependemos de muchas Administraciones”, señala Infanzón.

Para concluir el documento de la aprobación inicial “sí habría tiempo”, si llegan los informes regionales, pero el Ayuntamiento ha decidido dejarlo “para que sea el próximo Gobierno municipal quien decida si continúa adelante con este proceso, introduce cambios o lo deja de lado”. “No es responsable hacer una aprobación inicial a pocos meses de las elecciones”, considera Infanzón.

Una vez que el pleno diera su visto bueno, se abriría un proceso de alegaciones de varios meses, y serían precisos más informes. Pero también se suspendería automáticamente la concesión de licencias en todos los ámbitos en los que el nuevo plan no coincida con el anterior. Eso, que ya en circunstancias normales es “muy complejo”, con un cambio de gobierno entre medias, causaría “la paralización de la ciudad”. “Lo razonable es hacer una aprobación inicial sólo con la seguridad de que en un periodo no muy largo, en 12 o 18 meses, se puede llegar a la definitiva”, asegura Infanzón.

Así, el Ayuntamiento se conforma con concluir la aprobación del avance, que ha recibido 3.700 sugerencias durante el trámite de información pública.

“Da tiempo a que el pleno apruebeundocumento completo con el diagnóstico de los problemas de la ciudad y las propuestas iniciales para resolverlos”,señala Infanzón.Y “el que venga podrá decidir si continúa con él y va a una aprobación inicial en poco tiempo o introduce modificaciones sustanciales y genera otro tipo de plan para la ciudad”.

El líder municipal de Izquierda Unida, Ángel Pérez, pidió en septiembre la paralización del proceso: “No entendemos el empeño por llevar adelante el documento quizá más importante de la ciudad contra viento y marea. Todo indica que la mayoría absoluta va a sustituir al deseado consenso: o se trata de la soberbia del poder, o de garantizar ámbitos de negocio futuro que no son los que tiene la mayoría de la sociedad”. Botella le contestó: “Voy a seguir trabajando hasta el último día y no voy a retirar el PGOU”.

Los tiempos, sin embargo, han jugado en su contra. En parte, como admite Infanzón, por la necesidad de elaborar, en paralelo al nuevo proyecto y en el plazo récord de 10 meses, una revisión del plan en vigor tras la sentencia del Tribunal Supremo que mandó al limbo los nuevos barrios del este y el sur de la ciudad. La urgencia por resolver un problema que afectaba al 15% del suelo de la ciudad (incluidos Valdebebas, la Ciudad Deportiva del Real Madrid y la ampliación del aeropuerto de Barajas) dejó en segundo plano el nuevo PGOU.

Ahora quedará en manos del nuevo alcalde, sea quien sea.

Ver artículo en El País

 



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